Ayer, 12 de diciembre, fue el Día Mundial de la Disfagia. Se define como un trastorno de la deglución caracterizado por una dificultad en la preparación oral del bolo alimenticio o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta al estómago.
La disfagia como síntoma puede tener un origen funcional o mecánico, y también puede ser secundaria a factores iatrogénicos como las cánulas de traqueotomía o ciertos fármacos.
En la Clínica San Vicente, entre muchos de los procedimientos avanzados que llevamos a cabo, a colación del Día Mundial de la Disfagia, vamos a hablar de uno de ellos, en concreto, de la Terapia Vitalstim para la deglución .
Se trata de una terapia no invasiva y no dolorosa para el tratamiento de la disfagia, obtenida por estimulación eléctrica externa que es aplicada en la cara anterior del cuello (definida así en el mercado por la Food and Drug Administration en 2002).
Esta tecnología se constituye como la única aprobada por la FDA para la restauración de la función de deglución en pacientes con disfagia orofaríngea. El sistema VitalStim® Therapy utiliza pequeñas corrientes eléctricas para estimular los músculos responsables de la deglución.
La terapia se basa en la Estimulación Eléctrica Neuro-muscular (NMES) donde una pequeña corriente eléctrica, es enviada por electrodos diseñados específicamente para este propósito.
El tratamiento, correctamente aplicado, aumenta la fuerza muscular, se acelera la reorganización cortical, y se incrementa la eficacia de la terapia por ejercicio. El sistema debe ser prescrito por un médico y sólo puede ser administrado por un logopeda formado en dicha terapia.
La terapia Vitalstim funciona en la disfagia orofaríngea, que es la forma más común y que se observa en pacientes después de sufrir accidentes cerebro vasculares, pacientes con trastornos neuromusculares progresivos y pacientes que han sobrevivido a cáncer de cuello y cabeza sobre todo después de radioterapia. También es muy efectiva en pacientes ancianos que presentan disfagia de etiología desconocida.
Diversos estudios respaldan que la eficacia de esta terapia y que la adición de la electroterapia al manejo tradicional de la disfagia mejora significativamente los resultados, y disminuye el tiempo hospitalario.