Funciones del Neurólogo

El objetivo principal del neurólogo es el de optimizar el estado médico, neurológico y conductual del paciente.

Cuando el paciente ingresa, el médico neurólogo se encarga de evaluar inicialmente al paciente, sus antecedentes y su situación actual:

  1. Evaluación inicial del paciente: A través del examen neurológico se puede determinar el lugar de la lesión para poder ayudar a dirigir el tratamiento más adecuado.  También se identifican los déficits físicos, neurológicos, cognitivos y conductuales que perjudicarán la recuperación funcional del paciente, así como la capacidad de realizar tareas específicas.
  2. Antecedentes personales: El neurólogo debe conocer las enfermedades previas al ingreso, es decir, las comorbilidades médicas que deben ser tratadas. Concretamente, la hipertensión arterial, la dislipemia, la diabetes y los problemas cardiacos.
  3. Evaluación de la situación actual del paciente con el objeto de prevenir  las complicaciones derivadas de la medicación, las enfermedades previas y el daño cerebral. Por ejemplo, crisis epilépticas, infecciones (respiratorias y urinarias), deshidratación, síncopes, etc.

Durante el ingreso se supervisa y controla el tratamiento farmacológico tanto neurológico como médico. Si fuera necesario, se solicitan pruebas diagnósticas que ayuden al diagnóstico (analíticas, pruebas de neuroimagen y neurofisiológicas) o la opinión de un segundo especialista cuando las patologías asociadas lo requirieran.

Cada semana, el equipo de neurorrehabilitación se reúne en sesión clínica para comentar los objetivos neruorehabilitadores de cada paciente y los progresos e impedimentos para alcanzar estos objetivos (por ejemplo: dolor, depresión, espasticidad, manifestaciones extrapiramidales, inestabilidad cardiovascular o respiratoria).

En el momento del alta hospitalaria, el neurólogo evalúa su evolución médica y las secuelas neurológicas para emitir un informe médico junto con el equipo de neurorrehabilitación.