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LA VIDA:UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN

NUESTROS MIEDOS NO EVITAN LA MUERTE, FRENAN LA VIDA

Hola! Hoy quiero compartirte el resumen de parte de un interesante artículo de J.A. Flórez Lozano
Catedrático de Ciencias de la Conducta. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo: ACERCA DE LA MUERTE: EL PLANTEAMIENTO FILOSÓFICO

Platón estimaba que podíamos definir la filosofía como una meditación sobre la muerte. Igualmente, encontramos que Cicerón sostenía que toda la vida filosófica constituía una preparación para la muerte. Montaigne, por su parte, consideraba que «toda la sabiduría y el discurrir del mundo se resumían en este punto:
enseñarnos a no temer a la muerte», y más adelante encontramos en su obra filosófica, «el saber morir nos alivia de toda sujeción y malestar». Voltaire nos recuerda que la especie humana es la única que sabe que debe morir, y que la experiencia es la única razón por la que lo sabe.
La importancia de la «muerte» en el pensamiento filosófico moderno es tan importante que podemos mantener con Ferrater Mora que la historia del pensamiento humano, en realidad, es una auténtica «meditación sobre la muerte». La sociedad en la que nos vemos vive de espaldas a la muerte; pese a tener que ver su cara cada día se resiste a pensar en ella; o, al menos, como algo individual
y propio, como algo con lo que cada uno de nosotros ha de terminar encontrándose. Generalmente, no queremos pensar en la muerte, nos refugiamos en el mundo hedonista de la sociedad de consumo como si de esa forma pudiéramos evitar la única realidad humana, es decir, la muerte.
Este fenómeno lo contemplamos como una realidad que se sitúa en los «otros», nunca en nosotros mismos; sin embargo, la muerte se hace cierta porque afecta también a nuestros seres queridos y al propio YO. En términos de pensador actual García Sabell: «estamos en el reino de la huida
de la muerte», es decir, de la negación de la muerte; se trata de una realidad que perturba
nuestra conciencia y añade malestar a los múltiples conflictos del tiempo actual.
La experiencia de la enfermedad y la muerte significa el desvelamiento de la precariedad de la vida humana, la falsa estructura del mundo en la que nos anclamos cómodamente, en la que egoísmo y convencionalismo se dan la mano para impedir una auténtica relación con el «otro».
Por eso en el planteamiento más existencialista, la «muerte asumida rescata el sentido de la vida»,al tiempo que la verdadera vida comienza y termina con la agonía; de ahí, el papel trascendental de médicos y enfermeras en la atención y cuidados que han de propiciar al paciente moribundo.