Neuropsicología

  • neuropsicologia

NEUROPSICOLOGÍA

¿Qué es la neuropsicología?

La neuropsicología es la especialidad de la psicología que estudia la relación cerebro-conducta en los individuos y, en especial, en las personas que han sufrido una lesión cerebral y en consecuencia presentan una merma de las funciones psicológicas superiores.

¿Qué son las funciones psicológicas superiores?

Las funciones psicológicas superiores son aquellas capacidades cognitivas que nos permiten afrontar, de manera eficaz y con eficiencia, las exigencias de la vida diaria a las que nos encontramos expuestos las personas a lo largo de nuestra vida. Podemos destacar:
La atención posibilita que la persona pueda centrarse en cualquier actividad que se proponga, sin perder el curso de la misma, pudiendo mantenerse un periodo inmerso en una actividad (estudiar, conducir, leer un libro, ver la televisión, seguir una conversación, llevar a cabo cualquier tarea doméstica y rutinaria del hogar…).
El lenguaje es la facultad que nos permite comunicarnos con los demás, pudiendo entender los mensajes transmitidos y emitir los nuestros propios. Es decir, es la base de las relaciones personales y la comunicación social. No obstante, el lenguaje es un instrumento para la actividad intelectual (pensar, memorizar, representar la realidad…) y para la organización y regulación de los procesos mentales (planificar, programar…).
La lectura y la escritura son formas especiales de lenguaje comprensivo y expresivo.
Por todo ello, las personas con alteraciones en el lenguaje (afasias) van a tener dificultades para expresar muchos de sus pensamientos o entender instrucciones y lo que ocurre en su entorno sociofamiliar.
La memoria es lo que hace,en gran parte, que las personas seamos diferentes. “Somos lo que nuestra memoria es”, desde que nacemos vamos acumulando experiencias y recuerdos, y cuando estos desaparecen por una lesión, se nos borra toda nuestra historia personal. Es como si nuestro ordenador personal tuviera un virus informático y perdiésemos toda la información (fotos, música, videos, número de cuentas bancarias…) conllevando una angustia y una impotencia para poder funcionar mínimamente.
También, las alteraciones de memoria se pueden hacer patentes en la vida diaria presentando dificultades para retener la información que directa o indirectamente se le administre a la persona (lo que ha hecho el día anterior, quién ha llamado por teléfono, conversaciones, películas, lectura de prensa y libros,e incluso se puede repetir en determinados aspectos por olvidar que ya habló de ellos…), así como de memoria prospectiva (qué tiene que hacer mañana, qué hay que comprar, qué comida había que hacer hoy…).
Igualmente, los problemas de memoria pueden conllevar la imposibilidad para reconocer caras y personas familiares (se puede tomar a la esposa y a los hijos como extraños), o el espacio inmediato en el que nos movemos (desorientarse y perderse en un lugar conocido).

Las funciones ejecutivas y la capacidad de razonamiento posibilitan manejar adecuadamente la información que nos llega, permitiéndonos comprender e integrar eficientemente las exigencias de la vida diaria, y actuando de una manera programada y planificada, anticipando las consecuencias de nuestra conducta (elaborar la comida, las actividades domésticas, hacer la compra…).
Las funciones visuales superiores van a ser necesarias para manejar toda la información en la modalidad visual que percibimos diariamente, y se pueden reflejar en la vida diaria de los pacientesen dificultades para entender dibujos e información visual compleja con finalidad comunicativa (símbolos de avisos y advertencias, de instrucciones…) y existiendo cierta susceptibilidad a la desorientación topográfica (la persona puede perderse cuando pasea por su zona, puede no encontrar la salida cuando accede a un sitio nuevo…), entre otros aspectos.

¿Los aspectos afectivos y comportamentales se pueden ver alterados por un daño cerebral?

Los aspectos afectivos y emocionales juegan un papel fundamental. Nuestra conducta se encuentra guiada por nuestros sentimientos, deseos y necesidades.Tras un daño cerebral, estos aspectos desempeñan un papel muy importante en la vida del paciente y, sobre todo, en la familia del mismo. Pueden producirse problemas para el control y la regulación comportamental, irritabilidad, agresividad, impulsividad, desinterés y desmotivación generalizada (incluso las cosas que gustaban antes dejan de interesar, o para las actividades más básicas como la higiene y la alimentación…), sentimientos depresivos (llanto, desesperanza…), infantilismo (intereses y conductas inapropiadas para la edad del paciente), desinhibición general (pueden hablar mucho y no mantener el hilo de la conversación, no guardar las distancias interpersonales, comportarse orientado a sus necesidades y sin importarles la opinión de los demás…) o desinhibición sexual (muestran una actitud orientada a la sexualidad), entre otros problemas.

¿Por qué la familia ha de tenerse en cuenta junto con el paciente?

Cuando surge un daño cerebral de manera inesperada, especialmente en personas jóvenes, es como una bomba que estalla en el seno familiar, pudiendo desestabilizar el equilibrio previo, ya que coge absolutamente desprevenida a la familia y sin preparación alguna.
Los afectos se desarrollan fundamentalmente en el seno familiar, por lo tanto éste es el lugar donde se van a notar los problemas afectivos. Pero también es en la familia donde los afectos pueden ser reconducidos. Para ello, la familia ha de estar asesorada adecuadamente para afrontar las situaciones que se puedan producir e incluso para manejar sus propias emociones y sentimientos.

¿Quiénes pueden beneficiarse de la intervención neuropsicológica?

Todas las personas que hayan sufrido una lesión en el cerebro y que como consecuencia presenten una merma de sus capacidades neuropsicológicas (atención, memoria, lenguaje, afectos y comportamiento….), así como la familia del paciente.

¿Qué otras intervenciones se pueden hacer desde la neuropsicología?

Además de la evaluación y el tratamiento rehabilitador de las funciones psicológicas tras una lesión cerebral, la neuropsicología interviene en otras áreas y con otras finalidades tales como:
– La detección precoz de los procesos degenerativos (Alzheimer y otras demencias) con la finalidad de establecer los programas de estimulación paliativos que retrasen la evolución de la enfermedad.
– En el entorno judicial, trata de establecer con objetividad las lesiones y limitaciones tras una lesión cerebral, para que se puedan establecer indemnizaciones y compensaciones económicas justas y apropiadas. También procura esclarecer si la sintomatología y los problemas se deben a una lesión cerebral o, por el contrario, obedecen a otras causas como la simulación, fingimiento o exageración de los mismos.
– Los diagnósticos diferenciales también son comunes dentro de la actividad del neuropsicólogo. Se aclara si la sintomatología que presenta un paciente se debe a un daño en el cerebro o, por el contrario, son procesos de origen psicológico (por ejemplo, en los estadios iniciales de la demencia, es posible que la enfermedad curse con una sintomatología emocional que puede ser confundida con la depresión).

¿Cómo es el proceso de intervención neuropsicológica?

La primera actuación va encaminada a realizar una evaluación, valoración y diagnóstico de la situación neuropsicológica del paciente, con el objetivo de conocer y responder a preguntas tales como ¿qué problema presenta?, ¿cuál es la causa?, ¿qué implicaciones tiene sobre su funcionamiento psicológico y social?, ¿cuál es su pronóstico?, entre otras.
En una segunda etapa, se elabora un programa de rehabilitación neuropsicológica, con unos objetivos terapéuticos, llevándose a cabo de manera individualizada y ajustada a las necesidades y características del paciente.
Por último, cuando finaliza el programa de rehabilitación neuropsicológica, se realiza una nueva valoración para constatar la consecución de los objetivos y la situación neuropsicológica del paciente.

¿Cómo se obtiene la información para saber qué le ocurre a una persona?

Para evaluar y diagnosticar la problemática de un paciente, los neuropsicólogosobtenemos la información desde diferentes fuentes y técnicas:
– Entrevistas con el paciente y la familia.
– Recogida de información del historial médico.
– Observación del paciente.
– Empleo de tests y pruebas psicológicas y neuropsicológicas específicas.

¿Qué técnicas y herramientas se emplean en la rehabilitación neuropsicológica?

El neuropsicólogo puede usar cualquiera de las técnicas y procedimiento habituales en la psicología clínica, que sean apropiadas de manera personalizada y para una situación determinada.
Además, existen técnicas y procedimientos terapéuticos específicos desde la neuropsicología, dirigidos a que, los problemas provocados por el daño cerebral, tengan la menor influencia negativa en la vida del individuo y tratando de que el paciente funcione adecuadamente desde el punto de vista psicosocial. Por ejemplo, si una persona tiene dificultades para memorizar los hechos de la vida diaria, puede llegar a hacerlo tras un entrenamiento programado o, en última instancia, si la memoria no llega a ser eficaz, se adiestrará al paciente para que use mecanismos de compensación, como por ejemplo enseñándole a llevar un diario o notas repartidas por el hogar, etc.
Lo mismo ocurre con otras funciones, así si, por ejemplo, el problema a tratar es de lenguaje expresivo (afasia), se procurará desarrollar dicha función, y cuando esto ya no sea posible, se llevarán a cabo técnicas de compensación para lograr una comunicación eficaz por parte del paciente.
Es decir, con la rehabilitación neuropsicológica se consigue que las zonas del cerebro que no estén dañadas, trabajen en la recuperación funcional del paciente, persiguiéndose que las áreas intactas compensen, suplan o asuman las funciones propias de las zonas dañadas.
Entre los procedimientos y técnicas neuropsicológicas se encuentran:
– Método discursivo.
– Tareas de lápiz y papel.
– Programas informáticos.
– Plataforma web NeuronUP.