LAS AFASIAS
Las afasias constituyen trastornos adquiridos del lenguaje expresivo y/o receptivo debidos a lesión cerebral. Salvo excepciones, también se presentan con alteraciones de la lectura y escritura. Son trastornos muy frecuentes en personas que sufren algún accidente cerebrovascular y una patología desconocida para gran parte de la sociedad actual.
La afasia es probablemente la mayor secuela o limitación, desde el punto de vista personal, social y económico, causada por un daño cerebral. Por lo tanto, la adaptación a una pérdida brusca de las capacidades lingüísticas implica numerosos ajustes emocionales y cognitivos, ya que a través del lenguaje las personas canalizan su pensamiento y se comunican con el entorno.
Así pues, la rehabilitación de la afasia debe cumplir con los objetivos de aumentar las capacidades lingüísticas del paciente y, al mismo tiempo, ayudarle a enfrentarse a su nueva situación, reelaborando la confianza en sí mismo. Cuanto antes se inicie el tratamiento y cuanto más frecuentes sean las sesiones la recuperación será mayor, sobre todo durante el primer mes después de la lesión y en el transcurso de los seis meses siguientes. Posteriormente, la tasa de evolución decrece, aunque no cesa.
No obstante, resulta difícil predecir con exactitud el efecto de la rehabilitación, debido a la gran magnitud de factores que intervienen, tanto los propios de la lesión (tipo, localización, etiología, tamaño…) como los inherentes al paciente (edad, dominancia manual, sexo…), existiendo también otros factores que pueden potenciar el tratamiento como el nivel intelectual y educativo previo, el nivel de lenguaje, la salud general y la motivación hacia la recuperación, entre otros.
Por el contrario, también se pueden dar otros factores asociados que dificultarían la recuperación como las alteraciones en el nivel de conciencia, los déficits sensoriales y motores, la epilepsia o la depresión. La anosognosia o desconocimiento por parte del paciente de que presenta trastornos supone un importante obstáculo que hace inviable la rehabilitación, por lo que ha de superarse antes de acceder a ésta. Los pacientes con anosognosia no perciben que presentan dificultades a la hora de expresarse o de comprender lo que se le dicen, por lo que hablan empleando palabras “raras” con total naturalidad y se pueden extrañar si la otra persona no les entiende.
Existen distintos tipos clínicos de afasias, según el predominio de las alteraciones en una u otra de las vertientes del lenguaje (expresión, comprensión, repetición y denominación) y los mecanismos lingüísticos conservados.
- Afasia global o total: es la forma más grave de afasia como resultado de una destrucción masiva de las zonas del lenguaje. Se caracteriza por una importante afectación de la expresión y la comprensión verbal. Con frecuencia el paciente presenta mutismo o emite siempre la misma palabra (estereotipia). La repetición es nula. Los pacientes con este tipo de afasia pueden presentar una actitud de desinterés hacia el entorno y sin intención comunicativa, llegando a mirar con extrañeza cuando se intenta interaccionar con él. No pueden hablar y no pueden comprender nada, permaneciendo inexpresivos y ajenos a lo que ocurre a su alrededor.
Cuando la comprensión mejora, pero sin alcanzar los niveles propios de una afasia de Broca, se usa el calificativo de afasia motora mixta. En este caso, el paciente no puede expresarse o lo hace con esfuerzo, pudiendo llegar a recitar alguna serie temporal (días de la semana, meses del año…) o numérica básica, así como comprender palabras familiares y expresiones cotidianas como saludos.
- Afasia motora o de Broca: se caracteriza por una expresión verbal no fluida y disminuida, con esfuerzo para hablar, frases reducidas, alteración de la prosodia y supresión de enlaces gramaticales (agramatismo). La capacidad de repetición está alterada, así como la evocación de nombres de objetos o figuras (anomia). La comprensión del lenguaje hablado es siempre mejor que la producción, pudiendo presentar algunas dificultades para comprender relaciones sintácticas más elaboradas. Por ejemplo, el paciente puede decir alguna palabra y comprende la mayoría de las cosas que se le dicen. La escritura y la lectura también suelen ser defectuosas, con numerosos errores en la ortografía y de omisión de letras.
- Afasia sensorial o de Wernicke: se caracteriza por un predominio de los trastornos de la comprensión, siendo la articulación y la fluencia normales en la mayoría de los casos. La expresión verbal suele estar aumentada, con cierto grado de excitación y un desconocimiento del defecto por parte del paciente. Aunque la producción oral se realiza sin esfuerzo, con buena articulación y prosodia, predominan los vocablos ininteligibles (transformaciones afásicas o parafasias) que conducen a una jerga difícil de entender y con un contenido vacío. En los casos en los que no se da una expresión excesiva (logorrea) se pone de relieve la falta de vocablos (anomia). También se encuentran afectadas la capacidad de repetición y la denominación. El trastorno de la comprensión es lo más significativo, aunque con una intensidad variable según la gravedad de la lesión. Por ejemplo, el paciente comprende muy mal lo que se le dice y, aunque puede expresarse, resulta difícil de entender por emplear palabras “raras” o inadecuadas, parecido a un idioma extranjero, por lo que resulta difícil mantener una conversación La lectura y la escritura también están alteradas. Aunque existe capacidad para escribir, estos pacientes se expresan por escrito como hablan, por lo que la escritura suele ser difícil de entender.
- Afasia de conducción: se caracteriza por un lenguaje expresivo fluente, con cierta anomia y parafasias, así como una capacidad de repetición alterada. Los pacientes pueden presentar dificultades para comprender material más complejo. En este caso, los pacientes pueden hablar y comprender con relativa normalidad, pero con algunas pausas al hablar al no encontrar la palabra adecuada o sustituirla por otra que no corresponde, presentando mayores dificultades a la hora de repetir. La lectura también se encuentra muy afectada, mientras que los grafismos de escritura están preservados, aunque con numerosos errores durante el dictado y espontáneamente.
- Afasia anómica o nominal: se caracteriza por un lenguaje expresivo fluente, con normal articulación y estructura, pero con una dificultad en la evocación de palabras (anomia). En la expresión verbal pueden aparecer circunloquios (describir una palabra que no se puede recordar) y palabras generales (emplean la misma palabra para comunicarse). También el déficit anómico puede aparecer sólo en el lenguaje espontáneo, siendo casi normal el nombrar una imagen. Por ejemplo, estos pacientes tienen la sensación de saber lo que quieren decir o de “tener la palabra en la punta de la lengua”, pero no logran decirla, por lo que explican las características o utilidad del objeto que intentan nombrar. Aunque la comprensión está preservada, pueden presentar dificultades en tareas más elaboradas. En la lectura y escritura pueden aparecer algunos errores, siendo más patente la dificultad para encontrar la palabra adecuada al escribir.
- Afasia motora transcortical: se caracteriza por un lenguaje expresivo espontáneo muy reducido (no fluente). La expresión se realiza con esfuerzo, siendo lenta y breve. La denominación de imágenes está alterada, mientras que la capacidad de repetición es mejor. La comprensión puede estar relativamente preservada. Estos pacientes hablan muy poco y con esfuerzo, pero repiten mucho mejor. También pueden presentar una expresión escrita reducida, mientras que la lectura oral y la comprensión lectora se encuentran preservadas, aunque pueden estar disociadas, es decir, no suelen comprender lo que leen. Si el cuadro mejora puede llegar a evolucionar a una afasia anómica.
- Afasia sensorial transcortical: se caracteriza por una disociación entre una buena capacidad de repetición y un defecto en la comprensión de palabras que el paciente puede repetir, es decir, los pacientes no comprenden lo que repiten. La expresión verbal es fluente, en forma de jerga y con predominio de la ecolalia (repetición de las palabras oídas). La comprensión oral suele estar muy afectada. Estos pacientes pueden repetir muy bien, pero no son capaces de entender lo que repiten. La capacidad lectora puede afectarse en diferentes grados y la comprensión escrita suele estar gravemente alterada. La expresión escrita también aparece en forma de jerga difícil de entender, es decir, los pacientes escriben como hablan.
- Afasia transcortical mixta: se caracteriza por la preservación de la repetición y una grave afectación de la expresión y la comprensión. La expresión verbal se reduce a ecolalias y no existe capacidad para denominar imágenes. En este caso, los pacientes no pueden expresarse bien ni comprender, pero pueden repetir, recitar, completar palabras y frases… Tanto la lectura como la escritura y la comprensión lectora se encuentran muy afectadas.
Los diferentes tipos clínicos de afasias descritos son los más frecuentes y pueden evolucionar a lo largo del tratamiento, llegando a pasar de un cuadro a otro de menor gravedad en función de la mejoría conseguida